Tu papel en la Economía del Bien Común
No se nos salen los ojos cuando leemos en algún libro de economía afirmaciones tales como que el objetivo final de cualquier empresa es maximizar los beneficios. Tampoco nos hace daño al oído cuando nuestro cuñado nos cuenta que va a montar un negocio de figuras 3D porque está de moda y, muy importante: da dinero. Y no, no nos quema la lengua cuando, a pesar de no estar alineado con nuestros valores, justificamos el trabajo que hacemos porque de algo hay que vivir.
¿Qué pasaría si diéramos sentido a nuestra actividad como emprendedores, a nuestra labor como trabajadores o nuestro uso del dinero como consumidores?
El trabajo como camino de crecimiento personal y servicio a la humanidad
Hay pocas verdades absolutas, pero una de ellas es que independientemente de si ejercemos una profesión, tenemos un puesto de trabajo o emprendemos en solitario, estamos empleando tiempo, esfuerzo y categoría. Pero ¿en qué repercute toda nuestra energía?, ¿cuál es el impacto que tiene lo que hacemos?
Reflexionar sobre estas preguntas y ser honestos en nuestras respuestas no es moco de pavo. Todo aquello que nos remueve e incomoda provoca, en un primer momento, un rechazo inconsciente porque nos incita al cambio. De ahí, que los pensamientos que aparecen en nuestra mente sean razones que justifican por qué hacemos lo que hacemos. La gran ventaja es que si traspasamos esta barrera mental podemos actuar coherente y conscientemente, lo cual pasa por alinear nuestros valores.
Tal y como recoge el artículo Comprender la psique humana, transformar la cultura empresarial, María Ireland, en la International Developer de Valkiria, expresa una reflexión que refleja a la perfección todo lo que el trabajador de una empresa puede cambiar solo siendo consciente de sí mismo y de aquello que lo rodea:
Hace un año decidí descubrir quien era, y reparé en que no era una persona feliz: así que identifiqué mis valores personales, los valores de mi entorno y los valores del lugar en el que trabajaba, y vi que entre ellos no estaban alineados». Descubrirse le regaló la capacidad de cribar en qué tipo de empresas quería trabajar y convertirse en una persona mucho más satisfecha en sentido vital. «Avancé sin saber qué había cambiado, y leyendo a Richard Barrett lo entendí: había alineado mis valores con los de mi entorno y los de mi trabajo.»
¿Por qué trabajar de 9am a 6pm en un trabajo que nos amarga por un sueldo y una carrera profesional pudiendo desarrollar todo nuestro potencial en un proyecto que garantice nuestro bienestar y el del mundo?
Eres parte de la balanza
Llegados a este punto, déjame decirte que, ni mucho menos, las empresas y el trabajo lo son todo. Por el mero hecho de vivir formas parte de este lugar llamado mundo, y eso te convierte en una pieza del puzle.
Se nos olvida que somos parte de la balanza. Menospreciamos nuestras acciones a pesar de ser las únicas que podemos llevar a cabo. Caemos con suma facilidad en excusas y justificaciones que hacen crecer el monstruo del que nos quejamos. Y así, pasa la vida, sin darnos cuenta de que el mar está hecho de gotas de agua, el desierto de granos de arena y la corrupción de personas corruptas.
No puedes pasar ni un solo día sin tener un impacto en el mundo que te rodea. Lo que haces marca la diferencia, y debes decidir qué tipo de diferencia quieres marcar — Jane Goodall
No merece la pena fustigarnos cuando nuestros valores y necesidades parecen entrar en conflicto. Solo es cuestión de darnos cuenta de que cada uno de nosotros somos una célula de un organismo vivo. De parar, reflexionar y echar una mirada amable a nuestro alrededor. Y todo esto desde la más absoluta humildad de no saber si quiera por donde empezar, pero con la certeza y el coraje de quien sabe que ser humano es otra cosa.
En el próximo artículo…
Somos parte de la balanza en el trabajo y también en nuestra vida personal. En breves llega la Navidad, una época llena de nostalgia y encuentros entrañables al mismo tiempo que cargada de obligaciones y compromisos. ¿Has pensado ya en qué vas a regalar? ¿se te hace pesado pensar en los regalos otro año más? ¿te has quedado sin ideas? No te precipites y espera al próximo artículo antes de ser una persona más paseando perdida por el centro comercial.