La muerte del ocio: ¿Qué haces con tu tiempo libre?
¿Sabías que tienes menos vacaciones que un campesino en la Edad Media?
Pues así es; da igual el puesto que tengas en la empresa o institución donde trabajes, si eres autónomo o funcionario, si vives en España o en Japón. Si bien es cierto que los trabajadores de la Edad Media tenían peores condiciones de vida (guerras, hambrunas, falta de higiene, enfermedades…) también es cierto que en tiempo libre nos superaban por goleada. Según los documentos de la época, en España, los días de descanso sumaban casi medio año. Y tú tratando de aprovechar tus escasos días libres.
Pero si vivimos en pleno siglo XXI y hemos avanzado… ¿cómo es esto posible?
Tu tiempo libre escasea
Resulta irónico; hace menos de 100 años el economista John Maynard Keynes predijo que para el 2030 trabajaríamos 15 horas semanales. Y no va camino de acertar porque, aunque hemos avanzado en muchas áreas, el tiempo de descanso es una asignatura pendiente.
A día de hoy algunos economistas empiezan a hablar de recuperar más tiempo aprovechando el avance tecnológico, surgen nuevos experimentos sobre la relación entre el tiempo de trabajo y el rendimiento, aparecen emprendedores que abogan por trabajar cuatro horas al día e incluso triunfan libros como La semana laboral de 4 horas de Tim Ferris.
Parece obvio que hay una necesidad de más horas de tiempo libre, al fin y al cabo, nadie exclama «ojalá hubiera empleado más tiempo en la oficina» antes de morir. Todos queremos más días festivos, pero, sinceramente, si tuvieras tanto tiempo libre como un campesino en la Edad Media, seguramente no sabrías ni que hacer.
La invasión de la productividad
La productividad se ha convertido en el centro de la vida laboral y este paradigma, en el que vales lo que produces, está invadiendo nuestro estilo de vida. Cuando alguien te pregunta por como ha ido tu día, he tenido un día la mar de tranquilo es una respuesta que parece levantar ampollas.
Esta bien visto ir estresado por la vida y la gente se pelea por ser la persona más ocupada del mundo.
Vivimos en la cultura del esfuerzo, del rendimiento y de los objetivos. Y en este entorno, tan enfocado a los resultados, el miedo surge cuando tenemos tiempo libre.
Por eso, inconscientemente, llenamos nuestro fin de semana de tareas que nos hacen sentirnos estresados. Como si tuviéramos que cumplir una serie de objetivos en nuestro tiempo personal, porque No hacer nada nos aterroriza.
Del tiempo de ocio al tiempo de entretenimiento
No es de extrañar que la gente se ponga enferma en vacaciones; si no paramos, nuestro cuerpo lo hace por nosotros.
Hemos normalizado el cansancio crónico. Es una enfermedad que todos compartimos y llevamos como una medalla al buen hacer, a la vida productiva que abanderamos por presión social y falta de alternativas.
Pero tenemos un límite. No podemos vivir 24 horas todos los días del año bajo la presión de la productividad. Por eso, cuando no nos vemos con fuerza para hacer algo de provecho, rendimos nuestro tiempo de ocio al entretenimiento. Escondiendo así nuestro miedo a No hacer nadacon más y más distracciones.
Al hablar de entretenimiento me refiero a aquello que nos distrae de nuestra vida. Experiencias para matar el tiempo que nos sirven de mera desconexión mental. Lo que implica desconectar nuestra curiosidad, nuestras ganas de jugar, nuestra creatividad y nuestro enriquecimiento personal.
Ver tu serie favorita, gastar el dinero en productos prescindibles, cotillear los stories de Instagram, salir de restaurantes o de fiesta, pueden ser formas en las que se produce este entretenimiento. Lo son cuando crees que los necesitas pero al final del día te das cuenta de que no han enriquecido tu vida. Que has dejado otras cosas por hacer que realmente te importan, prometiéndote que en el futuro tendrás ese «tiempo libre de calidad» que nunca llegará.
Recuperando el TIEMPO DE OCIO
Puedes tratar de construir una máquina del tiempo para irte de vacaciones a la Edad Media, o aportar tu granito de arena para conseguir una jornada laboral más reducida. Pero de poco te servirá si no has hecho antes un replanteamiento de tu tiempo de ocio.
Vivimos en un mundo donde tu atención es un producto que se puede comerciar y hay mil estrategias que muchas empresas usan para que te enfoques en el entretenimiento que te venden. Es fácil entrar y muy difícil desengancharse pero no te olvides de que tú eres el que tiene el poder sobre tu atención.
Gestionar el tiempo que inviertes en entretenimiento es un proceso terapéutico clave. Porque el miedo a no hacer nada está siempre ahí y el entretenimiento es sólo la primera salida que encuentras para no afrontarlo. Cuando esa salida no esté ahí, podrás descubrir que detrás de ese miedo lo que se esconde es disfrute, calma, enriquecimiento personal y conexión con tu propia vida.
Y también tiempo; tiempo para hacer aquello que siempre dejas para luego. Porque no nos sirve de nada querer más tiempo de libertad si no estamos dispuestos a vivirlo.
En el próximo artículo…
Gestionar el tiempo que rendimos al entretenimiento no es tarea sencilla. Exige un replanteamiento del uso que hacemos de nuestro tiempo libre. Por eso, debemos empezar observando nuestro planteamiento actual, ¿te gustaría conocer los ocho hábitos que están robándote tus fines de semana?
Francisco Vicente Hernández Ramírez
@franvhdez