Cóctel de neuropéptidos
Si eres fan de los cócteles fresquitos en verano, sabes que no es lo mismo un “mojito preparado listo para servir”que un señor mojito… en condiciones.
¿Y qué te importa a ti si un mojito está o no bien preparado con la cantidad de trabajo que tienes por hacer, los kilos que has subido o el enfado que arrastras desde antes de ayer con tu compañero de oficina? A simple vista, de poco. Pero no es que me haya dado hoy por hacerte perder el tiempo. Aquí hay algo que interesa, y mucho.
Tu cóctel preferido combina una cantidad exacta de ingredientes, si te pasas con alguno de ellos más de la cuenta… ¡aaais! Como que ya no es lo mismo, ¿o no? Pues atento, porque tu química cerebral funciona igual.
Desde nuestro proceso de aprendizaje hasta las decisiones que tomamos, la creatividad o nuestra habilidad para resolver conflictos están influidos por nuestras emociones. Pero no solamente muchas de nuestras habilidades y capacidades se ven potenciadas o limitadas por nuestro estado emocional, sino que, a su vez, este se ve influenciado por lo que hacemos o dejamos de hacer en nuestro día a día.
Neuroquímicamente hablando, cada una de nuestras emociones se produce gracias a unas hormonas, neurotransmisores y neuropéptidos específicos. Lo sugerente es saber cómo fomentar su liberación, así que sigue leyendo, estás a punto de descubrir unos cuantos nombres raros, algún que otro detalle biológico y varias curiosidades que van a tener un impacto tan rápido como beneficioso desde el minuto uno en que las pongas en práctica.
La química de las emociones
La alegría está producida por un neurotransmisor llamado dopamina. Hasta ahora se creía que la liberación de este neurotransmisor regulaba el placer, sin embargo, investigaciones realizadas en la Universitat Jaume I de Castellón confirman un cambio de paradigma sobre su función y demuestran que en realidad determina la motivación para conseguir un fin, es decir, no se libera cuando conseguimos una recompensa, sino que se libera para mantenernos motivados y conseguirla. La mejor forma de elevar la dopamina, por ende, es aprender a dividir en pequeñas tareas aquellos objetivos que son a más largo plazoy valorar cuando uno los cumple.
La hormona de la oxitocina funciona igual que un neurotransmisor y está ligada con la relajación, la generosidad, la confianza y favorece las relaciones sociales positivas, pero si por algo destaca es por su vinculación con la conexióny el contacto. Cuando te das un masaje, acaricias con atención a un animal o le das un abrazo en silencio a alguien, estás liberando oxitocina.
Si eres fan de Yoda ya sabrás que la acumulación de odio es lo que produce la ira. Y el odio, aunque no lo produce, sí que puede ser determinado en función de los niveles de serotonina en nuestro cuerpo. Se han identificado 15 receptores distintos de este neurotransmisor, lo que significa que interviene en muchas funciones, pero podemos acentuar que funciona como inhibidor del enfado, de la temperatura corporal y la agresión. Cuando no tenemos tiempo para nada ni nadie, hablamos alto, rápido y sentimos que estamos estresados es un síntoma claro de que necesitamos naturaleza, paz y relax con urgencia. La serotonina se libera practicando lo que nos llena, ya sea realizando manualidades, algún deporte al aire libre o actividades que conlleven contacto natural como pasear descalzo, cultivar, plantar, regar o cuidar las flores de tu casa (o las del vecino, que también vale).
La última –ina es la acetilcolina, se libera jugando y cooperando y nos ayuda a fijar los aprendizajes a la memoria a largo plazo. Conocer su función nos sirve para poner en la palestra el clásico aprender a palos, ya que la educación y el trabajo desde la competitividad y el estrés baja o elimina los niveles de esta sustancia química.
Y acabamos con GABA. Cuando hay un pico muy alto de alguno de los neurotransmisores, ácido gamma-aminobutíricoes el encargado de brindar el equilibrio. Liberar este aminoácido significa confiar en la vida y en uno mismo. Y no, confianza no significa que la vida cumpla con tus expectativas, esto, más bien, es el miedo disfrazado de confianza.
Ahora sí, ha llegado el momento de sentarte y reajustar tu cóctel de químicos cerebrales particular. Bon appetit!
En el próximo artículo…
Verano… ¡Tiempo de vacaciones! Y en el horizonte… la temida depresión post-vacacional. Porque en un abrir y cerrar de ojos, estamos de vuelta a la rutina… ¿No tienes la sensación de que al terminar las vacaciones no te encuentras precisamente con las pilas recargadas? ¿Qué podemos hacer para que la vuelta a la rutina no sea tan traumática? No te preocupes, en el próximo post te traeremos algunos consejos para que puedas disfrutar tus vacaciones al máximo y que la vuelta no se te haga cuesta arriba.
Lorena G. de Arriba
@timefortalent