Fabricando nuestros recuerdos: ¿cómo funciona nuestra memoria?
Un recuerdo es el diario que todos cargamos con nosotros, decía Oscar Wilde. Aldous Huxley llamaba a la memoria nuestra literatura privada. Lo que parece claro es que sin recuerdos no existiría la historia, el aprendizaje y todo lo que compartimos y nos hace humanos.
Porque son los humanos los que los construyen, no los lugares pero ¿cómo los fabricamos?
Los recuerdos son una serie de informaciones relacionadas entre sí que formamos en el sistema nervioso central, un todo creado gracias a nuestra capacidad de recibir estímulos de todo tipo, asociarlos y acumularlos.
El saber ocupa lugar
Cuando aprendemos cualquier cosa, nuestras neuronas se conectan y esa conexión física ocupa un espacio. Pero ¡Tranquilidad! Que, aunque ocupa lugar, no tienes que preocuparte de quedarte sin hueco. El saber ocupa lugar, pero no mucho. Una persona con muchos conocimientos tiene un cerebro más grande y pesado, hasta 150 gramos de peso. Es lo que se ha comprobado en personas con varios idiomas o con dos carreras.
Lo importante de esta curiosidad es que se trata de una estructura física. Que puede ser mejorada o dañada. Lo que hacemos en nuestro día a día incide sobre esa estructura y la perjudica, provocando fallos, o la protege y mejora, previniendo enfermedades como el alzhéimer.
En una época donde el sedentarismo juega un papel importante, tenemos un problema de intoxicación digital y el tiempo de descanso desaparece a favor del tiempo dedicado a las preocupaciones, mantener nuestra mente en el mejor de los estados es más complicado. Tanto es así que cada vez aparecen más jóvenes con problemas de memoria, algo que siempre ha estado asociado a la tercera edad.
¿Te encuentras a ti mismo entrando en la cocina sin saber a por qué ibas? ¿Nunca encuentras las llaves? ¿Cuál es la diferencia entre un despiste y un problema serio? Para saberlo, primero necesitamos conocer como funciona nuestra memoria.
Tipos de memoria
La memoria no se encuentra en un único lugar de nuestro cerebro. Es el resultado de todo un proceso evolutivo en el que nuestras neuronas han generado circuitos y sinapsis químicas capaces de generar nuestro recuerdo. Todas estas estructuras se relacionan entre sí desde localizaciones diferentes, aunque funcionen como una unidad. Por tanto, almacenamos la información en diferentes regiones cerebrales dando lugar a distintos tipos de memoria:
– MEMORIA INMEDIATA: Es la que usamos para recordar información que necesitamos en un momento concreto o de inmediato. Por ejemplo, dónde hemos dejado las llaves. Solo retenemos esta información durante el tiempo en que nos es útil. Como es una memoria tan presente, nuestra atención juega un papel clave en ella, por eso cuando no encuentras tus llaves es más por falta de atención que un problema grave de falta de memoria.
– MEMORIA DE TRABAJO: Nos permite asociar ideas, datos… etc y almacenando la información por un período temporal limitado. Cuando acaban de presentarte a alguien y te enfrentas a la complicada tarea de retener su nombre estas usando este tipo de memoria. Para retener los datos que estamos manejando en este tipo de memoria funciona la repetición. De todas formas, es fácil tener despistes debido a que ese paquete de información que manejamos se actualiza todo el tiempo.
– MEMORIA A LARGO PLAZO: Es la que nos permite retener una cantidad de información prácticamente ilimitada durante un periodo largo de tiempo. La usamos, por ejemplo, para preparar un examen, pero también la que nos permite hacer un montón de tareas cotidianas de forma automática sin prestar mucha atención y cometiendo pocos errores. La repetición, la buena asociación y la importancia emocional de la información es la que nos permite retenerla.
– MEMORIA REMOTA: Se refiere a la memoria de lo que hemos vivido. Reúne nuestra experiencia y vivencia pasada. Es como una especie de disco duro donde conservamos esos recuerdos que además es muy resistente a las enfermedades como el alzhéimer. De hecho alguien con problemas neurodegenerativos puede tener una gran memoria remota y no ser capaz de recordar lo que ocurrió recientemente.
¿Un despiste o algo más?
La falta de atención nos puede llevar a olvidar que tenemos el móvil en la mano. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ese despiste que tiene que ver con nuestra atención y un problema más grave de memoria?
Es normal olvidarse de nombres y fechas que son importantes para nosotros mientras luego nos acordemos de ellos otra vez. También es cierto que cuando sufrimos mucho estrés o estamos muy cansados es normal tardar más en tareas cotidianas y que se nos pase algo. Son muchos los factores que influyen, incluso existen los olvidos sanos, que hacen que te olvides de lo que no te sirve cuando estás bajo una gran presión.
Mientras seas conscientes de ellos, no hay problema. El problema surge cuando te olvidas de, por ejemplo, una cita que tenías con una persona y luego no eres capaz de recordarlo, por mucho que lo intentes. Cuando te ves incapaz de utilizar un aparato que antes sí podías usar por olvidar como funciona. Cuando SIEMPRE te lleva más tiempo hacer algo que antes hacías rápidamente. Entonces si hablamos de un problema serio, y más vale acudir a un profesional que nos pueda ayudar, ¿qué podemos hacer para evitar llegar a esta situación?
La reserva cognitiva
Imagina que tu memoria es caja donde almacenas todos tus aprendizajes y conocimientos. Esta caja puede ser una caja de cartón, que terminará rompiéndose fácilmente ante cualquier tempestad y que no aguantará mucho el paso de los años. O bien, ser una caja fuerte de acero.
La reserva cognitiva es esa caja, ese almacén del que depende la capacidad de resistencia de nuestro cerebro al deterioro. Ya sea por una enfermedad neurodegenerativa o por el envejecimiento natural. Cuanto mayor sea esta reserva, mejor compensará los efectos de los deterioros en nuestras capacidades cognitivas.
Fortalece tu reserva cognitiva y amplíala y tu cerebro estará preparado para mantenerse joven por más tiempo.
En el próximo artículo veremos claves para activar la memoria y hábitos importantes que te permitirán tener tu memoria a punto.
Francisco V. Hernández Ramírez
@franvhdez